El regreso de las vacaciones de verano suele venir acompañado de cambios en nuestros hábitos de alimentación, descanso y actividad física. Estos factores, aunque parezcan menores, pueden repercutir directamente en la salud digestiva y anal.
En SB Proctología Avanzada, el Dr. Sergio Builes Ramírez atiende de forma cercana y especializada a pacientes que, tras el verano, experimentan molestias anales postverano. Su objetivo es prevenir complicaciones y ayudar a recuperar el equilibrio intestinal y pélvico.
Problemas frecuentes tras el verano
Con la vuelta a la rutina, no es raro que aparezcan síntomas relacionados con la salud anal. Los más habituales incluyen:
• Hemorroides, que pueden inflamarse o sangrar tras episodios de estreñimiento o diarrea.
• Fisura anal, producida por el esfuerzo en la evacuación.
• Estreñimiento postvacacional, consecuencia de cambios en dieta y horarios.
• Molestias en el suelo pélvico, que generan sensación de presión o dolor.
Estos síntomas pueden resolverse espontáneamente, pero conviene no normalizarlos y prestar atención si se repiten.
Factores que los favorecen
Durante el verano, varios hábitos pueden predisponer a molestias anorrectales:
• La deshidratación por calor y consumo insuficiente de agua.
• Una dieta rica en grasas, azúcares y alcohol, habitual en vacaciones.
• Los viajes largos, que alteran los ritmos intestinales.
• El sedentarismo, frecuente en periodos de descanso.
Al retomarse la rutina, el cuerpo necesita un periodo de adaptación que a veces se traduce en síntomas digestivos y anales.
Consejos prácticos para recuperar el equilibrio
Existen medidas sencillas que ayudan a prevenir complicaciones y mejorar la salud anal postverano:
• Hidratación adecuada: beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día.
• Dieta rica en fibra: frutas, verduras, cereales integrales y legumbres.
• Ejercicio regular: caminar al menos 30 minutos diarios favorece el tránsito.
• Rutina intestinal: procurar horarios regulares para las comidas y la evacuación.
• Atender señales de alarma: sangrado, dolor intenso o cambios persistentes requieren atención médica.
Adoptar estos hábitos reduce el riesgo de desarrollar hemorroides tras el verano y otras complicaciones.
Si los síntomas persisten, lo recomendable es acudir a una consulta proctológica con un especialista.