La fisura anal es una enfermedad muy frecuente que suele producir un dolor anal muy intenso y sangrado con las deposiciones. El tratamiento dependerá del tipo de fisura anal y del tiempo de evolución.
La fisura anal es una herida en el margen del ano que suele estar relacionada a episodios frecuentes de estreñimiento o de heces muy duras. La aparición de la herida y el dolor hacen que el músculo del esfínter anal se contraiga y eso puede evitar que la herida cure por sí sola y es cuando aparece una fisura crónica.
Al igual Las fisuras anales agudas o de poco tiempo de evolución, en su mayoría se van a curar de forma espontánea si mejora el desencadenante. Mejorar el estreñimiento, lograr unas heces consistentes pero blandas, ayudar a relajar la musculatura esfinteriana con agua tibia, pueden ser medidas suficientes para lograr cicatrizar la fisura en pocos días.
Si por el contrario, la fisura persiste durante semanas, se va haciendo cada vez más profunda y es más difícil que el cuerpo pueda cicatrizar por sí solo.
En estos casos es necesaria la valoración por parte de un coloproctólogo, ya que tenemos que saber si la fisura está acompañada de contractura del esfínter o no, ya que el tratamiento cambia.
Las medidas iniciales con agua tibia y mejorar el estreñimiento siempre serán importantes. Además si hay contractura esfinteriana debemos tratar con cremas que relajan el músculo como nifedipino, diltiazem o rectogesic. Se puede acompañar además de otras cremas que ayuden a la cicatrización.
Este tratamiento debe realizarse al menos por un mes. En casos más difíciles en los que un mes de tratamiento no es suficiente, se debe repetir el tratamiento un mes más, antes de pensar en un tratamiento quirúrgico.
Algunos pacientes, aunque son la minoría, no mejoran con el tratamiento médico y se hace necesaria la intervención quirúrgica. Aquí también debemos diferenciar los casos en los que hay contractura esfinteriana, ya que el tipo de cirugía cambia.
La esfinterotomía lateral consiste en cortar algunas fibras del músculo esfinteriano para poder lograr esa relajación y así permitir que la herida se pueda curar. Es una cirugía muy resolutiva si está bien indicada.
En casos de fisura crónica en los que no hay contractura esfinteriana no se realiza la esfinterotomía, ya que esto no solucionará el problema. Es estos pacientes se hace necesaria la confección de un pequeño colgajo de piel local para poder cubrir la fisura y que de esta forma pueda curar.
